Una proposicion
Nos quisimos hasta el atardecer de un milenio. Con la sombra acercándose, te pedí tu mano, en unión de flores y miel de abeja. Miles de Pájaros y las estrellas sirvieron como testigos, me dijiste que si. Tu cuello, con el olor a perfume, los labios de tu alma vibrando, ¡oh que gala!, ¡que honor!... Sign in to see full entry.